martes, 31 de enero de 2017

Ahora todo es noche ¡La Zaranda vive!



            ¡Hola perdid@s!  Hoy voy a hablaros de la última obra que pude disfrutar el pasado fin de semana gracias al Teatro Principal de Zaragoza.  Se trata del estreno de la última obra de La Zaranda, teatro inestable de ninguna parte en coproducción con el Teatre Romea, titulada Ahora todo es noche, con texto de Eusebio Calonge y bajo la dirección de Paco de la Zaranda.  La verdad es que tenía muchas ganas de verla; una compañía como ésta, que hacía más de diez años que no se programaba en Zaragoza, sobre la que había leído mucho, pero nunca había tenido la suerte de poder disfrutarla, de sentir cómo te remueve por dentro cada uno de sus textos, porque eso es el teatro, y qué mejor que con su última creación y en mi “teatro de cabecera”, el Teatro Principal de Zaragoza, además con encuentro posterior con el público… un plan genial.


Esta compañía, originaria de Jerez, se caracteriza por hacer un teatro diferente.  Con casi cuarenta años a sus espaldas, buscan unir la tradición cultural española con su identidad popular.  Hasta el momento solían enriquecer sus puestas en escena con multitud de objetos, donde lo visual toma un cariz de gran importancia, reforzando la profundidad de sus textos y sus personajes; pero ahora es diferente, han querido despojarse de artificios y presentar un texto casi desnudo, como su propio autor afirma, inicialmente pensado para representarse incluso con menos elementos que los que se utilizan en la actualidad.

Foto:  Gerardo Sanz


Nos encontramos con nuestros protagonistas, tres personas sin hogar, de esas que se ven tan ajenas por la sociedad, que duermen en estaciones malviviendo pero sin renunciar a una esperanza o un sueño que pueda sacarles de su situación, de esa noche permanente a la que el destino conduce.  Una terminal de aeropuerto donde nuestros protagonistas, Gaspar Campuzano y Francisco Sánchez, mendigos de sueños, se encuentran con un tercer “nuevo” mendigo, Enrique Bustos, con el que comparten la precariedad de su riqueza, sus sueños y todo aquello que les hace no perder la esperanza, con el teatro de fondo, con Segismundo, Lear y Prometeo como seña de identidad, unos reyes sin reino que buscan una luz que los pueda sacar de su propia oscuridad, de su noche sin fin…


Así, vemos que con una puesta en escena sin artificios se puede calar hondo en el espectador, removiendo los sentimientos más profundos, haciéndole pensar y también logrando que pase rápidamente de un nudo en el estómago a una profunda sonrisa; pero además de lo que pueda hacer sentir al público, este texto muestra una descarnada crítica al mundo del teatro, e incluso al de la propia crítica teatral, donde unos pocos son los laureados, pero tras los focos y los aplausos se esconde una absoluta precariedad en muchos de los artistas, a la que la sociedad tampoco ayuda…  Un poético abismo teatral del que se puede salir, luchando contra la hipocresía de la sociedad con el arte y el trabajo bien hecho, que puede hacer que la noche vuelva a iluminarse con la luz del sol, porque ¡la Zaranda vive!, y por muchos años más.


Un enorme acierto por parte del Teatro Principal el programarla, porque hay que potenciar el teatro así, sin artificios, magnificando su esencia, y haciendo que sus palabras calen en el espectador como en este caso ocurre.  Una representación de las que hacen pensar, reflexionar y actuar en consecuencia; teatro del bueno que me ha encantado “descubrir” de la mano de estos “grandes”.  Una obra que no os podéis perder, que ahora va de gira por España (y seguramente también por el extranjero), así que si os toca cerca, ya sabéis… os calará hondo, ¡palabra de perdida!


AHORA TODO ES NOCHE
LA ZARANDA, TEATRO INESTABLE DE NINGUNA PARTE / TEATRE 
ROMEA
Puntuación 10/10

Autor.- Eusebio Calonge

Director.- Paco de La Zaranda

Reparto:

Gaspar Campuzano
Enrique Bustos
Francisco Sánchez

jueves, 26 de enero de 2017

Informe para una academia, ¿puede un mono dejar de ser mono?



            ¡¡¡Hola perdid@s!!!  En esta ocasión vengo a hablaros de la segunda de las obras que pude disfrutar este fin de semana, se trata de Informe para una academia, una obra de Kafka, dirigida e interpretada por Javier Arnas, cuyo estreno programó el pasado fin de semana el Teatro de la Estación de Zaragoza en su Programa de Residencias Artísticas.


            Estamos ante un brillante texto kafkiano, un cuento sobre la libertad con un gran calado social que ya fue llevado a las tablas de la mano de José Luis Gómez hace años, y cuya representación llegó tan hondo en nuestro director y actor que esperó el momento y el lugar oportuno para poder representarlo.  Y es que estamos ante una obra dura, tanto a nivel físico como psicológico.  Y para los que no conozcáis el texto, os contaré un poquito: nos encontramos con Pedro “el rojo”, un mono que fue capturado en la Costa del Oro y llevado la Alemania, y que tras cinco años de cautiverio y aprendizaje se dirige a los académicos para relatarles todos los logros obtenidos…


Foto:  Julio Marín


            Así, antes de apagarse las luces vemos a nuestro protagonista (Javier Arnas), caracterizado como Pedro “el rojo”, que aparece entre el público, dispuesto a entrar y prepararse para dar su discurso; un Javier que llama la atención con su acertada postura, una posición simiesca perfecta, con sus pies y piernas arqueadas y sus manos tensas, agarrotadas, como si de un mono real se tratara; y que una vez “arreglado”, con su traje y corbata, comienza su disertación sobre sus años de aprendizaje en Alemania ante los miembros de la Academia, rememorando su historia desde el momento de su captura. Estamos ante un simio, un mono que ha aprendido a hablar y a actuar como humano, intentando ser uno de ellos como objetivo principal sin dejar de buscar la libertad.


            Javier Arnas está espectacular en esta obra. Curtido en el teatro y la enseñanza durante años, exponente de la biomecánica teatral, alumno de grandes directores y actor en numerosas compañías (incluso colaborando en la creación de alguna de ellas), muestra una enorme interpretación con un excepcional fondo físico, complementando su discurso con saltos y comportamientos animales, sin una mínima muestra de sobrealiento.  Pero al margen de la extraordinaria interpretación física realizada, debemos ahondar en el calado psicológico que tiene esta obra.  Estamos ante un ser arrancado de su propio hábitat, llevado a la fuerza a otro lugar donde no encaja y donde ha de adecuarse para sobrevivir…  Pero Pedro quiere ser libre, y ¿cómo conseguirlo? Con una huida hacia adelante, siendo “humano”, aunque sepa que nunca será como ellos, pero tampoco volverá a ser un mono… una bofetada de realidad sobre la libertad, la necesidad de adecuarse para que ésta no se coarte y el “efecto rebaño” por el que, si todos hacen lo mismo y son “libres y felices”, el individuo actuará del mismo modo para lograr ese objetivo, sin entender el hecho de que ser libre no implica ser como los demás, sino ser uno mismo en un ámbito que no siempre es el propicio.


            Un brillante texto y una maravillosa puesta en escena, así como su iluminación y  escenografía. Talento 100% aragonés, tanto sobre las tablas como en el backstage, absolutamente recomendable. Próximamente de gira por España; si os pilla cerca, no lo dudéis, os sorprenderá y os encantará.  ¡Palabra de perdida!


 INFORME PARA UNA ACADEMIA
de Franz Kafka
JAVIER ARNAS
Puntuación 10/10

Dirección.- Javier Arnas
Producción.- Javier Arnas y Ramón Fernández 

Reparto:

Javier Arnas.- Pedro "El rojo"

martes, 24 de enero de 2017

Hamlet, porque algo huele a podrido en Dinamarca



            ¡Hola perdid@s! Después de un intensísimo fin de semana teatrero de celebración, os voy a ir contando, poco a poco, todo lo que he podido disfrutar.  Cuando a final del año pasado una amiga, tan “perdida” como yo, me comentó que venía Kamikaze Producciones con Hamlet al Teatro Principal de Zaragoza estaba deseando que llegara ese día.  No había podido ver ninguna de las producciones de Kamikaze hasta el momento (no llegué a tiempo de ver Misántropo, y espero poder llegar a disfrutar de Juicio a una Zorra –es lo que tiene no estar en Madrid…-) y me moría de ganas por hacerlo; y qué mejor que con una versión del clásico inmortal de Shakespeare, dirigido por Miguel del Arco, con un reparto de lujo (encabezado por un enorme Israel Elejalde), de la mano de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y, como antes señalé, Kamikaze Producciones.



            Imagino que todos conocéis la historia, el príncipe Hamlet se ve obligado a cambiar el destino de su alma atormentada, pues su padre, el buen rey Hamlet, ha sido asesinado, y su tío Claudio ha usurpado el poder, constituyéndose como rey y casándose con la reina, su madre, Gertrudis; y para ello trama un plan con una compañía de actores que pasaba por allí. Partiendo de esta historia podemos disfrutar en esta versión de Hamlet con una imagen totalmente renovada pero sin perder un ápice de dramatismo: un príncipe en chandal, que escucha rock y lucha contra los fantasmas de su locura, ¿locura o venganza?, ¿o ambos juntos?

Foto:  Kamikaze Producciones

            En el aspecto interpretativo, nos encontramos con una obra de calidad indiscutible.  El gran nivel de sus intérpretes dota esta historia de casi tres horas de una agilidad digna de destacar.  En primer lugar, nuestro príncipe Hamlet, con un enorme Israel Elejalde, que a cuerpo descubierto se abre al público mostrando su alma atormentada por la muerte de su padre.  Intenso, muy intenso, y con una calidad dramática espectacular en cada grito, cada soliloquio… pasando con nota el famoso “ser o no ser” de la obra para el que, en este caso, no hace falta calavera (ni se echa en falta).



            Del mismo modo he de destacar a Ángela Cremonte en el papel de Ofelia, una inocente joven que pasa de la dulzura de una enamorada al abismo más profundo de la locura y el dolor.  Esos ojos, esos gritos… una gran sorpresa ante una actriz que sólo conocía de sus trabajos en televisión; y que me maravilló con ese ascenso a la locura a ritmo de reggaeton...

           

            El resto del reparto mantiene el nivel de los protagonistas. Cristóbal Suárez (que al igual que a  Ángela Cremonte no lo había podido disfrutar sobre las tablas) como un enorme Laertes, me sorprendió mucho, sobre todo su profunda amargura que desemboca en el duelo final a espada; Daniel Freire como el rey Claudio y la maravillosa Ana Wagener como la reina Gertrudis, con unas interpretaciones, como siempre, estelares; y Jorge Kent como Horacio junto a José Luis Martínez como Polonio, que además destacan en sus papeles de enterradores, con esa conversación, cotidiana, sobre sus “labores”, poniendo notas de humor a un tema tan oscuro como la muerte.


          A todo ello hemos de añadir una espectacular puesta en escena, con un decorado aparentemente sencillo, unas enormes cortinas en movimiento continuo que van dando paso a cada uno de los cinco actos de la obra, y una iluminación muy cuidada traslada al espectador a cada uno de los lugares donde se desarrolla la acción.



            Por todo ello, sólo me queda una cosa, recomendaros a todos que vayáis a verla, que no os la perdáis por nada del mundo si sois amantes del teatro y, sobre todo, aseguraros que lo vais a disfrutar muchísimo.  Un éxito, sin duda, ¡palabra de perdida!



HAMLET
de William Shakespeare
KAMIKAZE PRODUCCIONES / COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO CLÁSICO
Puntuación 9.5/10

Dirección y versión .- Miguel del Arco

Reparto:
Israel Elejalde.- Hamlet
Ángela Cremonte.- Ofelia
Cristóbal Suárez.- Laertes / Rosencrantz / Fortinbrás
José Luis Martínez.- Polonio / Enterrador / Osric
Daniel Freire.- Claudio
Jorge Kent.- Horacio / Guildenstern / Reinaldo / Enterrador
Ana Wagener.- Gertrudis